No termina aquí.

"No se termina aquí", parece que te grita la cuchilla cuando la arrojas al fondo de un cajón. En un principio te contentas pensando que no es más que un grito desesperado ante la certeza de su final, sonríes, cierras con fuerza el cajón y vuelves a lo tuyo. A tu "nueva vida". El problema son las comillas.

Pasa el día, y sonríes porque todo ha cambiado. Vuelves a ser feliz. Tienes gente que te quiere. Tienes un sueño por el que luchar. Tienes una pasión por la que vivir.

También tienes un monstruo en tu interior que no ha muerto, tan sólo permanece olvidado en el fondo de un cajón.

Es más fácil hacer como que lo olvidaste.

De hecho, es relativamente sencillo mirar al frente y darle la espalda a lo que en su momento fue. Pero esas garras que, tiempo atrás, te destrozaron a base de marcas, siguen arañando una superficie demasiado quebradiza.

Tu fortaleza, tu nueva vida, es como el hielo que se crea en invierno sobre los ríos. Casi consigues ocultar lo que hay debajo, pero sigue vivo.

Y la capa solo dura lo que el frío aguanta.

Hasta que el frío comienza a quemar.

Comentarios

  1. Me ha gustado mucho, creo que toda persona que ha sufrido depresión se ha sentido asi, y tu lo has abordado bastante bien.

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    1. Este es uno de mis primeros textos y bueno, creo que estaba en esos momentos en los que el corazón desborda al verso. Pero me alegra ver que después de todo este tiempo, te ha gustado.

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